La empatía es una de las mayores virtudes del ser humano, así que vamos a practicar.
Imagina que eres una joven a la que han plantado poco antes de tu boda. De regalo, tu exnovio te ha dejado el piso que comprasteis a medias y una hipoteca monumental a la que no puedes hacer frente. Las cosas se complican y llega el desahucio. Estás en la calle, pero sigues debiendo la hipoteca.
Encuentras un cuartucho en un piso compartido y consigues dos trabajos. Apenas duermes, comes lo que puedes, a veces lo que encuentras olvidado sobre la mesa de un restaurante o los restos del catering de tu empresa, y te esfuerzas por mantener la dignidad. Porque eso es lo único que nadie puede quitarte: la dignidad y, si me apuras, la mala leche.
Así estás cuando, de pronto, un hombre al que no conoces de nada te propone participar un «asunto» en el que nada puede fallar y que puede solucionarte la vida.
No tienes nada que perder.
Empaticemos. ¿Tú qué harías cuando vienen mal dadas?
Esta es la reflexión a la que me ha llevado la lectura de la primera novela de Laura Gómara, una obra en la que no sobra ni una palabra, en la que en cada página aporta la información justa para que no tengas más remedio que seguir leyendo, avanzando en una trama tan bien hilada, tan real e intensa, tan exenta de artificios o adjetivos innecesarios que antes de que te des cuenta has devorado el libro y llegado al final.
Podemos hablar de la potente narrativa de Laura Gómara, que ha decidido no ceñirse estrictamente a los cánones del género negro pero que logra mantener la intriga de principio a fin; de sus diálogos contundentes y ágiles; de la trama, perfectamente hilvanada y entrelazada; de la descripción, física y social, de una Barcelona actual y de los estragos que la crisis ha dejado a su paso, pero si hay algo que destaca por encima de todo en esta novela son sus personajes. Todos los «habitantes» del libro tienen su particular historia, casi siempre descarnada, pero han decidido agarrarse a la esperanza con uñas y dientes. Para todos ellos la esperanza tiene nombre y apellido: Hugo Correa, el Gallego, un maleante con pintas de chulo y putero que arrastra un pesado lastre en el alma y que está convencido de que sólo la venganza le dará la paz. Y mientras llega ese momento, prepara el gran golpe, ese que les sacará a todos de la miseria.
El contrapunto del Gallego es precisamente la protagonista de la novela, Ruth Santana, una joven mileurista que malvive al borde de la miseria, que se resiste a acudir a la caridad y que se empeña en pagar sus deudas por encima de todo, incluida su propia salud. Digna, altiva, analítica y observadora, tiene que lidiar con su propia situación y con la de su madre, una sanguijuela que no ve más allá de sus propias necesidades y que intenta exprimir a su hija en su propio beneficio.
Junto a ellos, un elenco de secundarios (David Muñoz, Quim Bosco, el Niño, el Charro, Eusebio, Canales y Arteaga, entre otros) que nos gustarán más o menos, pero que juegan un papel primordial en esta novela coral perfectamente dirigida y orquestada por una Laura Gómara que ha entrado por la puerta grande en el mundo de la literatura.
Cuando abrimos Vienen mal dadas no nos queda más remedio que empatizar y acompañar a Laura y al resto de la banda hasta la última página. El final, por cierto, no desmerece en absoluto al resto de la novela, como sucede en demasiadas ocasiones con historias estupendas que se estropean en las últimas páginas. No es el caso, y eso también es de agradecer.
‘Vienen mal dadas’
Laura Gómara
Editorial Roca
Páginas: 304
Precio: 17,90 €
http://www.rocalibros.com/roca-editorial/catalogo/Laura+Gomara/Vienen+mal+dadas